Cambios de humor, ganancia de peso, sudoración excesiva, trastornos menstruales, apatía y cansancio son parte de los signos que puedes evidenciar al atravesar por un desorden en tu eje endocrino y hormonal. ¿Te ha pasado? Sólo el que lo ha vivido comprende que esto SÍ es una realidad.
Te dejo algunos de los signos y síntomas que indican que tu cuerpo puede estar hormonalmente desbalanceado:
– Cambios repentinos en tu estado de ánimo, hipersensibilidad y ganas de llorar por cualquier cosa.
– Dificultad para perder peso, aun comiendo realmente bien y habiendo quitado alimentos proinflamatorios como el azúcar, el trigo, y procesados, al menos el 90% del tiempo. Es importante que en este punto seas sincero contigo misma (o), ¿de verdad comes bien en tu día a día?. Si eres de los que realiza “dieta” unos días y luego come compulsivamente otros, debes pensar que más que un trastorno hormonal, hay que trabajar en mejorar tu relación con la comida tanto física como espiritualmente.
– Trastornos en el sueño, que generalmente se manifiestan con una sensación de cansancio exagerada durante el día o al despertar (sensación de que no dormiste) y poco sueño en la noche o dificultad para concebirlo.
– Ganancia de peso brusca en los últimos meses, sobre todo a nivel de abdomen y muslos.
– Pies y extremidades inflamadas o edema facial, que mayormente se debe a líquido retenido. Una buena forma de verificarlo es presionando tu piel, si observas que tus dedos quedan marcados por unos segundos, es un signo de que estas reteniendo líquido. Otra forma de verificarlo es si observas que orinas menos y si el color de tu orina está más oscuro de lo habitual. Los anillos y pulseras también suelen quedarte más ajustadas si estás reteniendo líquido. También, el peso, suele fluctuar muy rápido, hasta 2 kilogramos de un día para otro.
– Pérdida del apetito por alimentos (comida de verdad) pero incremento de las ganas o antojos por azúcares y golosinas. También, se produce una sensación de pérdida del apetito, sobre todo durante las horas del día y a su vez un incremento de los antojos y la ansiedad por alimentos dulces y harinosos hacia las horas de la tarde y noche.
– Dolor articular o muscular. Sensación de fatiga generalizada, literalmente “te duele todo”.
– Sensación de “pereza” o fatiga mental (no quieres pensar), pérdida de la motivación y el enfoque.
– Poca energía para realizar actividades diarias, incluyendo el ejercicio.
– Disminución de la líbido y apatía sexual.
– Alteración del período menstrual, períodos largos (mayor a 35 días), amenorrea (ausencia de “regla”), o menstruaciones dolorosas o muy abundantes.
– Pelo graso, crecimiento de vello excesivo o aparición repentina de acné.
Si tienes al menos 5 de ellos, es conveniente que visites a tu médico de confianza para que el mismo evalúe tu estado actual y chequee tus niveles de hormonas tiroideas y sexuales así como el estado de tus órganos reproductores (ovarios, trompas, útero y cuello uterino) para descartar cualquier quiste o enfermedad inflamatoria.
Así mismo, es necesario llevar una alimentación adecuada para balancear tus hormonas, de tipo antiinflamatoria, baja en azúcares y carbohidratos de rápida absorción, con selección de grasas buenas y complementarla con suplementos nutricionales adecuados para ti. En eso, si deseas puedo ayudarte.
No te pierdas del resto de mis artículos dónde te hablo de cómo balancear las hormonas a través de la alimentación.
¿Te sientes identificada? ¿Has atravesado por un trastorno hormonal?
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